sábado, 1 de octubre de 2011

"The Way to Win" de Mark Halperin, cap. 1 y 2.

Estos capítulos del libro, sin duda incitan a la discusión, a la adhesión y a la crítica dentro  de la política norteamericana. Los escenarios que giraban en torno a las figuras de George H. W. Bush, George W. Bush ("conservador compasivo") y Bill Clinton (tercer presidente más joven) durante los noventa, constituyeron  un rasgo esencial, del país, de los medios de comunicación, así como de los diversos sectores tanto conservadores como radicales. Las campañas presidenciales en los Estados Unidos, son de contar historias, una campaña ganadora y exitosa se debe  basar en llevar la historia de la vida del candidato hacia los votantes.
La dinámica de las campañas políticas norteamericanas durante los años noventa, desde mi punto de vista radicó bajo seis formas:

1.     La heterogeneidad de los partidos políticos, convirtiendo a la nominación y selección de los candidatos en una decisión compleja, competida, sujeta a la vigilancia de los participantes, de sus bases de apoyo y de los medios de comunicación que asumieron al papel de cajas de resonancia de las diferencias intrapartidarias;
2.    Las declaraciones y posturas de ex presidentes norteamericanos (George H. W. Bush, Ronald Reagan, Jimmy Carter, Richard Nixon) y políticos connotados (Bob Dole, Al Gore, Dan Quayle, John McCain, Dick Cheney ) en sus respectivos contextos, así como los trascendidos en algunas columnas políticas, constituyen una serie de pruebas acerca de la existencia de aquella vigilancia puntual y de la competencia implícita.
3.     Los juicios lapidarios de varios columnistas de los principales periódicos en Estados Unidos (The Washington Pos, The Washington Times, The New York Times), son los testimonios más notables de las discrepancias entre correligionarios de bandos opuestos y de la vigilancia a la que han estado sometidos los procesos electorales y,
4.    la posición de las principales cadenas de televisión (ABC, CBS, CNBC, MSNBC), ya que cada noticiario es producido de acuerdo a los criterios editoriales y estéticos de cada televisora, y dan cuenta del estilo narrativo del noticiario así como el papel que ocupa el conductor al momento de presentar la información en periodos de contienda electoral.
5.    Los “Freak shows”, que dan imágenes intrigantes de los candidatos (chismes), ya que operan en el centro del escenario político nacional, y pone de manifiesto el ejemplo de personajes extravagantes como Michael Moore al dar a conocer  diversos documentales que evidencian  la supuesta credulidad y ausencia de sentido crítico del ciudadano estadounidense promedio.
6.    La llamada “old media” y “new media”; la primera, se refiere a los medios de comunicación en general, que  amplifican  la  imagen real de los candidatos y la agenda setting mediática  que consiste en encuadrar enfáticamente los rasgos tanto positivos como negativos de su personalidad, y actitudes de los candidatos; la segunda, se refiere a los diversos sitios de internet.

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